Estamos tan acostumbrados a dar por hecho que lo que creemos es una verdad universal, que cuando alguien piensa diferente, nuestro primer instinto es atacarlo. A través de juicios, críticas y descalificaciones a quienes opinan diferente a uno, la gente se ha vuelto cada vez más intolerante y agresiva.
Este fenómeno se ha incrementado a tal grado, que hay una gran cantidad de grupos formados por individuos aferrados a una misma creencia. Dichos grupos, crecen y se fortalecen fomentando la idea se que su creencia es una verdad absoluta y así nos enrolamos en un mundo en el que “si no estás de acuerdo conmigo, estás en mi contra”.
¿Qué podemos hacer para evitar que una creencia se convierta en fanatismo? Considero que lo más importante es estar conciente de que cada cabeza es un mundo y que cada persona tiene sus propias creencias, la mayoría de ellas muy respetables y no necesariamente deben coincidir con las propias. Incluso, abrir nuestra mente a escucharlas, analizarlas y entenderlas, podría dar paso a un criterio más amplio y completo.
Como recomendación, evita formar juicios inmediatos a partir de algo que en principio difiera con algo de lo que crees saber y antes de desechar cualquier postura, procura entender el entorno y la intención de quien la está adoptando. Y aún así, si consideras que es diferente a lo que tú crees, recuerda que cada quién tiene derecho en creer lo que quiera, siempre que no viole tus derechos y/o atente contra tu seguiridad o la de la gente que te rodea.
@jabonisimo