Ciudad de México, 5 Sep.- Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como una “vergüenza” que existan políticos de Morena, que en donde son aplastante mayoría, buscan modificar la Ley para beneficio personal o de una facción.
“Entonces, imagínense si nosotros, que estamos planteando una transformación, permitimos eso, o un partido que porque tiene mayoría puede aprovechar para modificar una ley en beneficio personal, en beneficio de grupo, en beneficio de una facción, pues eso es retroceso”, así dijo ayer López Obrador a sus correligionarios.
Y remató la idea con una frase letal, en referencia a que la crisis política en la Cámara de Diputados se distendió, luego de que Porfirio Muñoz Ledo desistió de permanecer al frente de la Mesa Directiva “Yo celebro que esto se haya resuelto bien. Yo no podía meterme, pero era una vergüenza”, remató el primer mandatario.
Era una enmienda legal, la llamada “Ley Padierna” (presentada por Dolores Padierna), ya iniciado el juego. Incluso ya pasada la quinta entrada. En términos de béisbol, ya un partido oficial. Buscaban reformar la Ley Orgánica del Congreso de la Unión, para que Muñoz Ledo permaneciera en el cargo seis meses más.
En el contexto de la “Ley Bonilla” de Baja California, llamada así porque el candidato ganador de la gubernatura, el morenista Jaime Bonilla, pretende beneficiarse de una modificación a la Constitución local, aprobada después de la elección del 1 de junio pasado, para que su periodo de gobierno pase de dos, a cinco años.
El asalto de Maribel Villegas
Otro caso, incluso más grave, aunque no se tocó en la conferencia de López Obrador, es el de Quintana Roo. Allá, la mayoría de Morena tomó por asalto el Congreso de la entidad: instaló la nueva Legislatura violando la Ley vigente.
Sí. Se basaron en una Ley vieja, de 1995, ya abrogada, para agandallar el control absoluto del Congreso estatal. Con tal ilegalidad, revivieron lo que se llama la “Gran Comisión”, instancia del viejo priísmo hegemónico, que concentra el poder absoluto del Legislativo en una sola persona.
Incumplieron, pisotearon la Ley para desaparecer la Junta de Coordinación Política, el órgano de gobierno del Congreso; también borraron la Presidencia de la Mesa Directiva, instancia responsable de la conducción de las sesiones y la representante formal de ese Poder Legislativo.
En el asalto al poder del Congreso de Quintana Roo apoyó con una estrategia porril, la senadora Maribel Villegas. Llegó con un grupo de golpeadores para allanar, literalmente, las instalaciones del recinto Legislativo. Eran más de 100 personas que no portaban invitación para estar presentes en la sesión de instalación. El salón ya estaba al máximo de su capacidad. Para entrar, optaron por el portazo.
Maribel Villegas es gente de Roberto Borge el ex gobernador quintanarroense encarcelado por delitos de corrupción y lavado de dinero.
“No se puede retorcer la Ley, no se puede hacer la Ley a la medida, independientemente de dónde suceda”, enfatizó López Obrador.
—¿Y espera que ocurra lo mismo en el caso de Baja California? –se cuestionó ayer a López Obrador.
—Yo espero que se actúe igual en todos los casos, en todos los casos, y además que se dé el ejemplo, el buen ejemplo. No somos iguales (…). No llegamos aquí para hacer más de lo mismo. Llegamos aquí para transformar.
Ahí les hablan, diputados de Morena en QuintanaRoo.
Colofón
En la Cámara de Diputados, cuentan que el panista Jorge Luis Preciado cobró mucha fuerza ayer, y es hoy la carta más fuerte para presidir la Mesa Directiva, en este segundo año de la 64 Legislatura.
Lo veremos.