Ciudad de México, 18 de octubre (NACIÓN 14).- Vivimos en una sociedad en la que el crimen está más organizado que el gobierno, ha quedado en evidencia que el omitir un problema no lo resuelve sino incrementa la gravedad del asunto.
Bajo la estrategia de prevención contra el crimen organizado, han ido en aumento los crímenes y territorios que se han convertido en tierra de nadie donde gobierna la anarquía.
Lo más delicado del tema es la improvisación con la que el gobierno opera y toma sus decisiones; después del día jueves donde la captura de uno de los líderes más grandes del crimen organizado convirtió a Culiacán en zona de guerra hasta lograr su liberación.
Para decepción del pueblo mexicano esta decisión mandó el mensaje de un gobierno endeble y sumiso. Capaz de negociar con los criminales ya sea a cambio de plazas secuestrado camiones o con actos terroristas a cambio de la liberación de uno de los suyos.
Espero que este día sirva como lección para los amantes de la narcocultura, donde se demostró la realidad de las cosas, la imagen de aquel bandido que roba y regala al pueblo es un espejismo creado por los medios de comunicación.
Por último al mismo tiempo el presidente brilló por su ausencia donde declaró que mandaría un mensaje hasta el día siguiente. Para mí el mensaje ya fue dado: una administración que actúa de imprevisto y dispuesta a ceder ante el crimen organizado.
