*Firma convenio de colaboración con el Conapred para tratar de erradicar el grito ¡eeeh, puto!
*El Futbol debe ser sinónimo de igualdad e inclusión
*FMF buscará imponer sanciones más severas en casos de exclusión
*Incluirá otras expresiones racistas dentro del balompié nacional
*Penalizar el grito homofóbico no es suficiente, opinan especialistas
Ciudad de México, 10 de octubre (NACIÓN 14).- La Federación Mexicana de Futbol (FMF) y Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred ) trabajarán, conjuntamente, en diagnósticos y campañas para erradicar el grito homofóbico en los estadios, enquistado hace más de 15 años. Sin embargo, para la sociología se necesita un cambio sistemático sin basarse en elementos punitivos.
Por ejemplo, en la última encuesta nacional sobre discriminación respecto a la sexualidad realizada en el 2010, cuatro de cada 10 mexicanos no estaban dispuestos a vivir en su casa con personas homosexuales.
De entrada, se realizarán cambios en el reglamento de sanciones para imponer castigos más severos a quienes pronuncien exclamaciones homofóbicas y discriminatorias dentro del balompié nacional, anunció Íñigo Riestra, secretario general de la FMF.
Tras el partido del pasado sábado ante Cruz Azul, Miguel Herrera, técnico del América, llamó puto al silbante Marco Antonio Ortiz y maricones a su cuerpo arbitral, y aunque se esperaba un castigo ejemplar, el entrenador sólo fue sancionado con tres partidos de suspensión.
“El caso de las desafortunadas declaraciones del señor Herrera ya fue juzgado por la Comisión Disciplinaria conforme a nuestros propios reglamentos y ya se explicaron los motivos de la sanción. Obviamente todo esto nos sirve para poder analizar qué mejoras tenemos que hacer”, justificó Riestra.
“En el tema específico de Miguel, se sancionó conforme a los reglamentos que hoy están vigentes”, puntualizó.
“Estamos analizando muchos ajustes y claro que seremos enfáticos y buscaremos la manera de poder incrementar las penas. Vamos a modificar y a tratar de estudiar los reglamentos para poner sanciones más severas”, declaró el directivo ayer luego de anunciar la firma de un convenio de colaboración con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en aras de tratar de erradicar las expresiones homofóbicas y racistas en el balompié nacional.
En conferencia de prensa realizada en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de la FMF, Riestra explicó que dentro de los objetivos del convenio están crear una estrategia de colaboración, desarrollar planes y programas de capacitación.
Entender de mejor manera y afrontar con mayor responsabilidad y eficacia este tipo de asuntos, e impulsar actividades de sensibilización para lograr erradicar cualquier tipo de discriminación.
Por su parte, la presidenta del Conapred, Alexandra Haas, dejó en claro que la palabra “puto” es discriminatoria en cualquier contexto.
“Para el Conapred el significado de la palabra es muy claro, puede haber diferencias de interpretación. Pero para nosotros es una palabra que expresa un prejuicio, un estereotipo acerca de un grupo de población y que además se manifiesta de manera denostativa”.
“Es una práctica”, aseveró, “que se ha dado algunos años en México pero no tiene por qué permanecer así, el futbol es muchísimo más que un grito: me apena demasiado que se conozca tanto del grito en el mundo cuando el balompié mexicano tiene mucho más que ofrecer
Este convenio, precisó, “es un paso sumamente importante, el cual servirá para sentar las bases de una forma distinta de relacionarse en el futbol, el cual concebimos como un espacio de inclusión”.
El objetivo, ahondó, es “generar ejemplos de vida para nuestros hijos, donde se pueda poner el ejemplo de compañerismo, de jugar en equipo, de la competencia sana, de hacer un esfuerzo y lograr un resultado; todos estos son valores de una sociedad que vive en paz, en armonía y que tiene inclusión.
“Si el futbol es sinónimo de juego justo y limpio, de trabajo en equipo, de promoción de la salud física, también tiene que ser sinónimo de igualdad, pluralidad y cohesión social”.
La funcionaria detalló que el organismo que dirige, junto con la FMF, “elaborará un diagnóstico sobre las condiciones de discriminación y desigualdad que permitirá crear una estrategia apropiada a la realidad de nuestro país. Lo que aportaremos es asistencia técnica, capacitación y acciones de comunicación”.
Según datos del Conapred, de 2010 a 2018 sólo se presentaron cuatro quejas referentes a conductas discriminatorias en el futbol mexicano: dos fueron por gritos racistas dirigidos al jugador Felipe Baloy; otra por el beso entre Christian Chucho Benítez y Matías Vuoso, y la demanda del árbitro Adalid Maganda, quien acusó al presidente de la Comisión de Arbitraje, Arturo Brizio, de haberlo insultado por su color de piel.
El futbol promueve valores como la fraternidad, el trabajo en equipo y el juego justo pero no podemos ignorar que también mueve pasiones contrarias a su espíritu, como machismo, misogínia, homofobia, racismo y xenofobia: @ahaasp#FutbolIncluyente pic.twitter.com/2FUoBEXv7z
— Conapred México (@CONAPRED) October 9, 2019
Riesgos y medidas
Luego de 14 sanciones económicas por parte de la FIFA, la FMF ha gastado más de 3 millones de pesos a causa del grito homofóbico y, además del aspecto financiero, se puede escalar a temas deportivos.
Si sigue el grito, las penalizaciones pueden ser: disputar partidos a puerta cerrada, quitar puntos a la Selección, incluso quedarse sin el Mundial de Qatar 2022.
Un plan de desarrollo contra la discriminación que comenzó como prueba en el amistoso de la Selección Mexicana contra Trinidad y Tobago en Toluca el pasado 2 de octubre.
En la Liga MX se aplicarán las siguientes medidas de control a partir de la jornada 15:
-Primera incidencia: prevención por el sonido local del estadio.
-Segunda: sacar del estadio a los aficionados que realizaron el grito.
-Tercera: se suspenderá el partido por un tiempo determinado.
-Cuarta: multa al equipo de los aficionados y próximo partido se juega a puerta cerrada.
Desde la sociología
“No es suficiente la penalización para implementar un cambio que debe ser sistemático y un problema que va más allá del estadio. No le veo mucho futuro reducirlo a elementos punitivos”, criticó para el diario El Economista, el sociólogo Sergio Varela.
“Me parece más consecuente”, reflexionó, “buscar mediante la reubicación de las prácticas que tenemos los varones en torno a la masculinidad desde lo verbal hasta actitudes corporales, para apelar a una forma más integral. Las penalizaciones deben formar parte de, pero no me parece la vía formal a la cual acudir”.
Sanciones directas al aficionado, quienes en ocasiones comprenden el grito como parte de una broma o chiste, generan una interrogante sobre la capacidad de entender el fondo del problema o desde dónde es generada la acción, porque: ¿cómo concientizar a un individuo que no entiende, ni se le ha explicado la raíz del problema?
Como lo expresa Jezreel Salazar, licenciado en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, en su ensayo “¡Eh, puto! Futbol y masculinidad: sensibilidades proscritas”.
“Recuerdo”, explicó, “que la primera vez que lo escuché en una transmisión televisiva me pareció divertido y no cuestioné lo que escuchaba. Quizá por eso estoy de acuerdo en que muchos de quienes, desde las gradas lo gritan, no lo hacen necesariamente con clara y consciente intención discriminatoria”.
Aunque matizó:
“Pero también me parece que en un país tan violento, nos hemos vuelto incapaces de percibir la agresividad porque está ya muy naturalizada. Y ante la gravedad de nuestro contexto, un ejercicio autocrítico es fundamental para comprender las implicaciones profundas que se hallan detrás del lenguaje que utilizamos y justificamos incluso por omisión”.
Como en la mayoría de problemas sociales, concluyo, hay que involucrar al sistema escolar para combatir el grito con alternativas sistemáticas.