Morena representa la unidad, no la exclusión; representa la reconciliación y no la confrontación, expresó contundente Eduardo Ramírez Aguilar, tras precisar: “no necesariamente aquel que piensa diferente es tu enemigo”.
El senador de Morena, desde la Arena México, hogar del pancracio nacional, se sumó al llamado reconciliador del líder Parlamentario del Senado, Ricardo Monreal y dijo que esto es un precedente en la historia de México.
Nadie puede condenarnos por tener pensamiento independiente, representamos la unidad, “esa es la esencia de Monreal, por eso estamos aquí”, sostuvo el legislador.
Recordó, Ramírez Aguilar, que hace 112 años, un día como hoy 19 de noviembre, asesinaron a los hermanos Serdán, por pedir libertad para escoger el gobierno que querían, por exigir la democracia que todos anhelamos.
“Murieron asesinados por una simple y sencilla razón, ¿saben qué pedía en aquella época el pueblo de México? ¡Su libertad de elegir! ¡La libertad de elección! ¡El principio fundamental de la democracia en México!”, afirmó.
El senador por Chiapas, hizo hincapié en no segregar, ni discriminar, menos aislar ni excluir a quienes piensen diferente, pues de eso se trata la pluralidad democrática.
Con un mensaje histórico, el chiapaneco insistió en hacer un comparativo y una reflexión sobre el momento político actual y la vida de la República.
“Nadie puede condenarnos por el simple hecho de pensar diferente, nadie puede condenarnos por tener pensamiento autónomo, ¡y eso es lo que representa Ricardo Monreal!”, apuntó y dijo: “¡Esa es la esencia de Monreal, por eso estamos aquí!”
Pero también señaló que Cuando el hombre está en el poder y alguien se atreve a opinar diferente, a tener disenso, los aíslan, los hacen a un lado. Así le pasó a Madero cuando llegó Luis Cabrera, un parlamentario, a decirle: Señor presidente, hay que cambiar la Ley Agraria, hay que hacer el reparto de las tierras. Y, ¿saben qué sucedió? Lo hizo a un lado.
Y así varios de sus colaboradores, aquellos que están acostumbrados a la lisonja, al aplauso, a no decir lo que se piensa.
También recordó que hubo un hombre que se llamó Venustiano Carranza, que acompañó a Madero, pero tenía la virtud de decir lo que pensaba. Cuando vino el asesinato de Madero y Pino Suárez, “¿saben qué pasó con aquellos lisonjeros? Salieron corriendo por miedo a perder su vida”.
Así se fueron y, ¿saben quiénes llegaron en ese momento? Aquellos hombres probos, dignos, honestos de pensamiento, pero también de corazón.
Y el que había sido aparentemente su adversario, el que pensaba diferente a Madero, terminó defendiendo la causa maderista y consumó la Revolución Mexicana.
Eso quiere decir que no necesariamente aquel que opina distinto a ti es tu enemigo. No es tu adversario. ¡Tenemos derecho a una pluralidad democrática y es la que vamos a defender con Ricardo Monreal!