Ciudad de México 28 Ago (Nación14).- Nueve robots de tan solo ocho centímetros de diámetro y cuatro de altura navegarán de forma autónoma por la superficie lunar hasta encontrarse unos a otros, formar un enjambre, conectarse eléctricamente y crear un panel solar del mayor tamaño posible.
Estos equipos son parte de la misión Colmena que será una realidad a mediados de 2021 que incluye a los nueve robots, además de un módulo de telecomunicaciones, telemetría y despegue, con una masa total de 500 gramos.
Gustavo Medina Tanco, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y responsable del proyecto, detalló que el lanzamiento estará a cargo de la empresa privada estadounidense Astrobotic, en el que la baja masa total, sumada a los rigores del lanzamiento del viaje en el medio interplanetario y de la supervivencia sobre la superficie lunar, constituyen un desafío tecnológico único.
“Se trata de una acción para posicionar tecnológicamente a México en una nueva etapa de exploración científica y explotación comercial, que probablemente se desarrollará en asteroides y lunas”, indicó en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esta misión es enteramente desarrollada en el Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del ICN, con apoyo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del gobierno del estado de Hidalgo y de diversas empresas de tecnología socialmente comprometidas con el desarrollo científico, tecnológico y económico de México.
Los asteroides y lunas generalmente no tienen atmósferas o campos magnéticos propios, y sus superficies están expuestas al bombardeo meteorítico y de partículas de alta energía del viento solar, explicó el académico.
“Como consecuencia, estos cuerpos celestes poseen una capa de regolito, un polvo muy fino, abrasivo, radiactivo y cargado electrostáticamente, sumamente dañino para toda la tecnología que se pretenda desplegar en ese ambiente, especialmente cerca del suelo”, agregó.
Los equipos harán mediciones del polvo regolito, que levitará por encima de los robots debido a procesos de plasma polvoso, energizados por el viento solar.