Ciudad de México, 1 de octubre (NACIÓN 14).- No cabe duda que, históricamente, es autista la Federación Mexicana de Futbol, que preside Yon de Luisa. No corresponde a la realidad la sanción de la Comisión Disciplinaria de cuatro partidos a Antonio Briseño, jugador de Chivas, por la entrada asesina al americanista Giovani dos Santos, que, en contraste, estará inactivo seis semanas.
Incalificable la herida de 20 centímetros que sufrió durante el clásico nacional y que ameritó 30 puntos de sutura. Nada tiene que ver la forma cómo miraron esa artera jugada aficionados de uno y otro equipo.
Reflejo de la impotencia y el anti fair play, algunos seguidores de chivas, indignados en redes sociales, confesaron que después de esa infausta jugada, apagaron sus televisores.
Era claro que, por la acción el jugador de Chivas buscaba fracturar a Dos Santos. Jugada desleal, traicionera, contra un compañero de profesión.
Incluso algunos diarios deportivos, destacaron en sus portadas, con sorna, el cuestionable castigo al jugador rojiblanco, como el periódico Ovaciones, que título:
¡SÓLO CUATRO!
Hace unos cinco años, el entonces técnico del equipo argentino Gimnasia y Esgrima, Pedro Troglio, quien jugó con Maradona, decía que desearía tener “asesinos seriales” en la cancha.
Ese espíritu es el que ha acabado, poco a poco, con el mísero espectáculo que brinda el futbol profesional en todo el mundo, mexicano en particular.
Se vale todo a costa de ganar. Así lo exige la maquinaria del balón. Sobre todo por la publicidad.
Hace medio siglo, el futbol era arte, poesía, sublime, caballeroso, hoy está en peligro de extinción.
Adrián Chávez, exjugador americanista, aseveró que hubo dolo en la jugada del presente Briseño sobre Giovani y que el rojiblanco debió haber sido inhabilitado también seis semanas.
“Aunque Briseño pidió disculpas públicamente, después de la acción en la que se ve claramente cómo le deja ir la pierna a Gio, no puede decir que no lo hizo con la intención de lastimarlo, porque cuando vas arriba de la rodilla con la pierna ya tienes el propósito de lesionar y no se vale”, señaló.
Resaltó que este tipo de acciones hay que reprocharlas tanto en el futbol como en cualquier deporte, en este caso, no se puede levantar la pierna de forma tan irresponsable y lastimar de tal manera a un compañero de profesión.
Con la sanción de cuatro juegos a Briseño, queda claro, una vez más, que los zares del balón no saben que no saben.