Ciudad de México, 9 Sep (Nación14).- La incertidumbre de las poblaciones que viven en las faldas del Popocatépetl se incrementa día con día, debido a las alteraciones en el sabor y olor a azufre en el agua así como en los riachuelos que emanan del volcán.
A esto se suma la frecuencia de temblores vulcanotectónicos que se generan antes o después de las explosiones que arrojan fragmentos incandescentes en las ladera. Tan solo este fin de semana los sistemas de monitoreo del coloso registraron 269 exhalaciones y este domingo se produjeron impresionantes columnas de ceniza que superaron los 2 kilómetros por encima del cráter, por esa razón se registró ligera caída de ceniza en el municipio de Tetela del Volcán, sin mayores afectaciones.
Hace unos días José Luis Alquicira Solís, coordinador estatal de la Cruz Roja Mexicana, delegación Morelos, informó que se ha detectado la presencia de olor a azufre en los manantiales y ríos en el municipio de Ocuituco. En una entrevista a medios locales declaró que ya se realizan estudios en la zona ante la posible presencia de químicos en el agua de los manantiales.
Si bien el azufre elemental en sí es inodoro, el olor que los vecinos pueden estar percibiendo es dióxido de azufre y presencia de ácido sulfhídrico, los cuales expiden ese olor inconfundible a huevos podridos o flatulencias.
Luis Alquicira mencionó que la presencia de azufre podría ser consecuencia del incremento de la actividad del volcán Popocatépetl, “Hace unos años los pobladores decían ‘no pasa nada, Don Goyo siempre echa fumarolas’, este año los poblados más cercanos principalmente de Ocoxaltepec nos dijeron ‘estamos preocupados porque el agua huele a azufre’, o sea, ya hay elementos que no se habían tenido antes”, explicó.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres en su reporte diario también registró 446 minutos de tremor de baja y mediana amplitud. Cabe mencionar que el pasado 5 de septiembre, con el apoyo de la Guardia Nacional, se realizó un sobrevuelo de reconocimiento al cráter del volcán Popocatépetl.
Durante dicho sobrevuelo, especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de la Coordinación Nacional de Protección Civil e investigadores del Instituto de Geofísica de UNAM, no observaron la presencia de un domo, sin embargo las condiciones meteorológicas permitieron reconocer a detalle las características generales del cráter. Asimismo, se obtuvieron imágenes térmicas y fotografías con las cuales se logró determinar que el cráter interno mantiene sus mismas dimensiones (350m de diámetro y 150m de profundidad).
Por estos motivos el organismo exhorta a respetar el perímetro de seguridad, evitar escalar el cono volcánico pero sobre todo acceder al cráter por el peligro que implica la caída de fragmentos balísticos, el Semáforo de Alerta Volcánica del Popocatépetl se mantiene en amarillo fase 2.
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