Ciudad de México, 16 de junio de 2020 (NACIÓN 14).- La pandemia provocada por el COVID-19, diversificó las actividades de las bandas criminales pues ahora no distinguen clases sociales, género, edad y ocupación, pues les da lo mismo secuestrar a pobres que a ricos.
De acuerdo con estadísticas de la Asociación Alto al Secuestro, antes de la pandemia, el secuestro era un delito orientado a grandes empresarios y personas con poder adquisitivo, sin embargo hoy en día también son víctimas trabajadores, asalariados, estudiantes y comerciantes informales, debido a que los delincuentes obtienen una menor cantidad de dinero pero en un tiempo mucho más corto.
La liberación de un General del Ejército Mexicano que fue secuestrado en Puebla, es una muestra de que los delincuentes no distinguen ninguna condición social, precisó Alto al Secuestro.
Según el reporte, durante el mes de mayo se registró una disminución del 21.2 por ciento de las carpetas de investigación, con 78, en comparación al mes de abril que se levantaron 99, pero hubo un ascenso en el número de víctimas debido a dos secuestros masivos en la CDMX y Nayarit.
Durante el mes de mayo hubo 116 víctimas de secuestro, mientras que en abril fueron 111.
La ONG explicó que en los meses de enero a abril de 2020 han secuestrado a 88 mujeres, y en el mismo periodo del año pasado 151 sufrieron este delito.
Desde el comienzo de la administración de López Obrador y hasta el 31 de mayo de 2020 se han registrado 2 mil 587 secuestros en el país, Veracruz es el estado con más secuestros (576), en segundo lugar Edomex (434) en tercero la Ciudad de México (264).
Durante los primeros 18 meses de la administración del actual presidente la incidencia del delito de secuestro registra una disminución del 33.1 por ciento en comparación con el mismo periodo del presidente anterior.