Ciudad de México, 16 octubre (NACIÓN 14).- El INEGI informó que durante el mes septiembre de 2019, el 71.3 por ciento de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, una disminución de 2.6 por ciento respecto a anterior encuesta levantada en el mes de junio de 2018.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) por ciudad, los sitios más inseguros son:
- Coatzacoalcos, Veracruz – 94.5%
- Ecatepec de Morelos, Estado de México – 92.5%
- Naucalpan de Juárez, Estado de México – 90.1%
- Acapulco de Juárez, Guerrero – 88.9%
- Villahermosa, Tabasco – 88.7%
- Uruapan, Michoacán – 88.5%
Por otro lado, las ciudades con menor percepción de inseguridad fueron:
- San Pedro Garza García, Nuevo León – 20.5%
- Mérida, Yucatán – 22.8%
- San Nicolás de los Garza, Nuevo León – 27.9%
- Saltillo, Coahuila – 32.3%
- Los Cabos, Baja California – 34.4%
- Puerto Vallarta, Jalisco – 37.8%
Asimismo, en la investigación los entrevistados consideraron que en los próximos 12 meses la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal.
El 26.4 por ciento de la población, por otra parte, refiere que la situación empeorará en los próximos 12 meses, lo que representa un cambio estadísticamente significativo de 1.3 puntos porcentuales respecto de septiembre de 2018.
El porcentaje de la población que refirió haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda fue:
- Consumo de alcohol en las calles (63.5%)
- Robos o asaltos (60.8%)
- Vandalismo en las viviendas o negocios (46.3%)
- Venta o consumo de drogas (43.5%)
- Disparos frecuentes con armas (41.4%)
- Bandas violentas o pandillerismo (31.9%)
- Robo o venta ilegal de gasolina o diésel (huachicol) 4.6%.
También hay cambios importantes de conductas y rutinas.
El 59.7 por ciento de la población de 18 años y más, residente en las ciudades objeto de estudio, afirmó que durante el tercer trimestre de 2019 modificó sus hábitos respecto a “llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito” por temor a sufrir algún delito.
Un 53.6 por ciento reconoció haber cambiado hábitos respecto a “permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda”.
Por otro lado, el 49.9 por ciento cambió rutinas en cuanto a “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche” y 34.9 por ciento cambió rutinas relacionadas con “visitar parientes o amigos”.