#SóloDigoLoQueVeo
Por: J. O.
México, 24 de agosto de 2020.- ¡Ay, querido lector! Ay de mí… De todos nosotros. Resulta que los números no cuadran. Si sumamos los fallecidos, activos y recuperados, por lógica nos debería dar como resultado el número de casos acumulados, ¿verdad? Pues déjame decirte que no. Resulta que quedan en el limbo de López-Gatell alrededor de 85 mil pacientes. ¿Qué les pasó? Quién sabe.
Ahora que superamos el “escenario muy catastrófico” que pronosticó nuestro flamante encargado de la pandemia Hugo López-Gatell Ramirez, ¿qué sigue? ¿Cambiarán la estrategia; van a imponer el uso obligatorio de cubrebocas; diseñarán algún tipo de toque de queda…? No me conteste. Ya sabemos la respuesta.
Esto ya no es miopía, sino ceguera. Por una parte tenemos la incompetencia de las autoridades, en los tres niveles en todo el país, pero por el otro está la ignorancia y necedad de la gente. López-Gatell insiste en confiar en la buena voluntad, en el “pueblo sabio”, pero basta con echar un vistazo a la calle o las redes sociales para darnos cuenta de que este pueblo bueno, no es bueno para cuidar de sí mismo.
Te platico una anécdota: antes de que tuviéramos los primeros casos, comenté en una plática de sobremesa que para mí, lo ideal era instalar filtros sanitarios en puertos, aeropuertos y garitas, realizar pruebas PCR a todos los que llegaran, especialmente desde Asia y Europa, pero a todos sin excepción.
Sin embargo, no se hizo nada y ese error ya costó la vida de más de 60 mil personas, sin contar las secuelas que posiblemente presentarán los recuperados.
La verdad me enoja, lector. Me enoja porque tú y yo sabemos que existe un subregistro. Porque no se hacen, las mentadas “pruebas, pruebas y pruebas” que pide la Organización Mundial de la Salud (OMS). López-Gatell las negó para tapar la incompetencia suya y del Gobierno que lo respalda.
Quisieron hacerse inocentes con el llamado modelo centinela, con el que había que multiplicar por ocho los números que nos mostraban; y luego que siempre no, que nosotros somos los idiotas que no le entendimos y que es nuestra culpa por ser ignorantes en la materia -por lo visto se debe impartir epidemiología en secundaria-.
La realidad es que aquí en México no sabemos cuántos murieron a causa del coronavirus, cuántos no, cuántos son inmunes, cuántos siguen enfermos. La realidad es que no sabemos nada. Pero eso sí, reclaman que no se difundan sus “buenas noticias” con bombo y platillo.
Para muestra, López Obrador reclamó la mañana del martes pasado que no se le diera “la suficiente difusión” mediática al video de los panistas que, presuntamente, recibieron sobornos por la Reforma Energética —lo que es un sinsentido porque estaban a favor, pero de eso hablaremos en otra ocasión—, en comparación a los videoescándalos de René Bejarano de 2004, su entonces secretario particular, esposo de Dolores Padierna, tía del juez que le dictó formal prisión a la priísta Rosario Robles. Ay, qué coincidencias. ¿Este no es un ‘compló’?
Bueno. Del circo, perdón, del caso Lozoya hablaremos en otra ocasión. Ahorita lo primordial son las vidas, le pese a quien le pese. Y no, no estoy en contra de la transformación; estoy en contra de la incompetencia.
La realidad es que toca cuidarnos. Seguir usando cubrebocas, caretas, mantener el distanciamiento social, lavarnos las manos a un nivel compulsivo, esperar la vacuna y eventualmente vacunarnos. Estar al pendiente de lo que digan las autoridades internacionales de salud. Internacionales porque las nacionales sólo obedecen a intereses políticos.
A ver qué sucede ahora que alcanzamos esta cifra, estimado lector. Ya nos estaremos contando la próxima semana. Entre tanto, te pido encarecidamente: cuídate.
Dijo Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud que “la curva epidémica nacional está en descenso franco”, yo #SóloDigoLoQueVeo.
JUEGO DE CARTAS:
Ahora a ver qué hace con Lozoya. Emilio “L” sigue en arresto domiciliario, pero según el presidente “no está diciendo todo” y “faltan como 70 nombres”, y ahora que su hermano Pío y su cercanísimo David León ya mancharon su estandarte de “justiciero anticorrupción”, no le queda más que apresurar los procesos. Según un experto constitucionalista la filtración de la denuncia de Lozoya no afectará la carpeta de investigación de la FGR, ni viola la presunción de inocencia de los mencionados. Además de que, sin dar más vueltas, los delitos de 2012 y 2015 ya prescribieron. Mira, lector: yo no meto las manos al fuego por nadie excepto por mí, mi familia y unos cuantos amigos, pero sí creo que si alguien de los mencionados es culpable, Lozoya deberá probar sus dichos, y aquí no hay nada tangible. Lozoya habla de 19 implicados, con él son 20, y 70 que presume el Ejecutivo Federal, suman 90. Seis millones de dólares en 2012 eran alrededor de 75.6 millones de pesos, entre 90 implicados son 840 mil pesos para cada uno. ¿De verdad alguien se va a dar a conocer por esas migajas? Y no es que yo tenga ese dinero en mi cuenta, ya quisiera yo; pero hay que dimensionar, ¿para qué alcanzan 840 mil pesos en este país? Ni siquiera una casa de interés social. Dice uno de mis mentores que “en política no hay coincidencias”, y yo concuerdo con él. Si quieres mi opinión, te adelanto que de este caso nadie va a pisar la cárcel. Todo se resume a un circo mediático con miras al 2021
Coyoacán. La alcaldía que encabeza el exfutbolista morenista Manuel Negrete aplica las pruebas serológicas —la del hisopo— a criterio. Te hacen esperar de 4 a 5 días para realizarte la prueba, otros 5 a 9 días para conocer el resultado; en total suman casi 14 días para saber si lo tienes o tuviste. Eso sí, todos los días te llaman para saber si sigues vivo. El personal se queja de que “la gente abusa” al querer que todos los miembros de una misma casa se realicen la prueba, cuando la lógica sería esa misma; sin embargo ya vimos que la lógica no embona en la Cuarta Transformación /
Irresponsables. La semana pasada el góber consentido, Miguel Barbosa, Ejecutivo de Puebla aseguró que “no hay autoridad para impedir tanta irresponsabilidad” ante lo que denominó como un “comportamiento no adecuado, no responsable” de los poblanos en la primera semana de reactivación económica. O sea, que la ciudadanía salió desbordada ante la reapertura, y según el morenista ellos son los irresponsables. Mi duda es, ¿más, menos o igual de irresponsables que decir que el Covid-19 sólo le da a los ricos y los pobres estamos inmunes? Digo, para saber.
Allá en Chiapas, donde Rutilio Escandón asegura que cuidan mucho a nuestros niños, el 30 por ciento de los hogares no tienen televisor, y hay comunidades con deficiencias eléctricas, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Fomento Educativo