Las autoridades de Estados Unidos confirmaron la identidad de Tyler Robinson, un joven de 22 años originario de Utah, como el principal sospechoso del asesinato del activista conservador Charlie Kirk. El ataque ocurrió el miércoles 10 de septiembre de 2025, durante un evento académico en la Universidad Utah Valley, donde Kirk recibió un disparo en el cuello mientras sostenía un debate con estudiantes. El hecho conmocionó a la opinión pública y desató un amplio operativo de búsqueda.
La captura de Robinson se produjo la noche del jueves 11 de septiembre, alrededor de las 23:00 horas locales, en las inmediaciones del Parque Nacional Zion, ubicado a unos 400 kilómetros al sur del lugar del atentado. Según fuentes federales, fue el propio padre del joven quien convenció a su hijo de entregarse a las autoridades tras sospechar de su participación directa en el crimen. El detenido fue puesto bajo custodia policial sin ofrecer resistencia.
En un inicio, la confusión generada por el ataque llevó a la detención de dos personas que posteriormente fueron liberadas al confirmarse que no tenían relación con los hechos. Tras ese error inicial, el FBI solicitó la colaboración ciudadana y difundió fotografías de Robinson obtenidas de cámaras de seguridad. Esa estrategia permitió acotar su ubicación y preparar su eventual entrega voluntaria.
El arma utilizada en el ataque fue identificada como un rifle de cerrojo calibre .30, comúnmente empleado para la caza. Junto con el arma, los investigadores localizaron varios casquillos con inscripciones que contenían mensajes provocativos. En uno de ellos, la bala que habría terminado con la vida de Kirk llevaba grabado “Nota un bulto. OwO ¿Qué es esto?”, mientras que en otros aparecían frases como “Oye, fascista, ¡Atrápalo!” y la letra de la canción “Bella Ciao”, símbolo de la resistencia antifascista en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.
Las revelaciones sobre estas inscripciones fueron confirmadas por el gobernador de Utah, Spencer Cox, en una rueda de prensa donde calificó el ataque como un acto de violencia cargado de mensajes ideológicos y de burla. Los hallazgos han abierto nuevas líneas de investigación sobre las motivaciones de Robinson y si actuó de manera solitaria o bajo la influencia de algún grupo.
Respecto al perfil del sospechoso, diversos medios estadounidenses lo describieron como un joven con antecedentes de buen rendimiento académico y vida universitaria activa. Sin embargo, también se ha documentado su relación temprana con las armas y un interés particular en ambientes de cacería. Fotografías compartidas en redes sociales lo muestran en contextos familiares, pero también con un evidente gusto por la cultura armamentista.
Con la detención de Robinson, el caso entra ahora en una etapa judicial en la que se definirán los cargos formales que enfrentará. El Departamento de Justicia confirmó que se trata de un proceso federal, debido al uso de armas de fuego y a la naturaleza del atentado. Mientras tanto, el asesinato de Charlie Kirk, una de las figuras más visibles del activismo conservador en Estados Unidos, ha generado un debate nacional sobre polarización ideológica, seguridad en campus universitarios y el acceso a las armas en el país.