Ciudad de México, 21 de mayo de 2020 (NACIÓN 14).- La alta demanda de espacios para sepultar o cremar a las personas contagiadas por COVID-19, ha generado una preocupación por los trabajadores que están sepultando los cuerpos, sobre todo en las Alcaldías Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
Frente a esa situación, dichas Alcaldías no proporcionan los insumos necesarios para realizar su trabajo, con lo cual se han convertido en un foco de contagio constante de coronavirus.
Para la diputada local Gabriela Quiroga, es necesario que la Secretaría de Trabajo garantice salario digno y Seguridad Social a sepultureros y trabajadores de crematorios, quienes trabajan todos los días enterrando y cremando los cuerpos de las personas fallecidas por COVID-19.
Actualmente, los sepultureros y trabajadores de crematorios son personas fundamentales durante esta pandemia, pero no cuentan con un salario digno ni con seguridad social, y ni siquiera tienen el equipo de protección adecuado para realizar su trabajo de manera segura.
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La perredista señaló que estos sectores no deben quedar en el olvido y otorgarles apoyos económicos para que puedan enfrentar la crisis económica generada por la contingencia, y en virtud de que exponen diariamente su vida al cavar tumbas, preparar fosas, enterrar cadáveres y cremar cuerpos con COVID-19.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), todo el personal de funerarias y panteones deben portar guantes, bata, máscara y protección para los ojos, sin embargo, desde que inició la contingencia, sepultureros de diversas Alcaldías han denunciado la falta equipo para realizar su trabajo de manera segura.
“Pese al incremento de muertos por el coronavirus, no han recibido el equipo de protección necesario para desempeñar su trabajo, ya que han acusado que los trajes que les proporcionaron son de mala calidad y no los protegen”, sostuvo la diputada.
En este caso, las Alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero deben verificar las condiciones en las que están trabajando, ya que no se está realizando de manera adecuada el tratamiento de los cadáveres, lo que significa que el virus podría propagarse fácilmente y no sólo exponer a los trabajadores, sino también a los visitantes.