Ciudad de México, 13 de octubre (NACIÓN 14).- Existe y no solo, como muchos piensan, en el imaginario colectivo. PEJELANDIA es un país cuyas coordenadas son en grados y minutos decimales: Longitud : O 102°0’0″ y Latitud: N 23°0’0″. Con una superficie de 1 millón 964 mil 375 Kms2. y litorales continentales de 11 mil 122 kilómetros.
¿Les suenan conocidos estos datos?
En cuanto a la división política, más que con cifras todo se dice con una sola palabra: MUCHA.
Su población estimada al 2018, es de 123 millones 982 mil 528 habitantes.
De los inscritos para votar: 89 millones 332 mil 31 ciudadanos, en las elecciones federales del mismo año, lo hicieron 56 millones 611 mil 27 personas, un 63.37% del total de sus habitantes. Y de ese porcentaje el 53.19%, o sean 30 millones 113 mil 483 personas (apenas el 33.7 % de la población total), sufragaron por un personaje al que muchos (as) calificaban congruente. ¿Sí, congruente?
Ese tercio poblacional dio una aplastante mayoría a un permanente candidato que luchó más de 18 años por llegar al poder y que, como en opereta vienesa se había erigido “Presidente legítimo” allá por el 2006.
De esta forma su victoria fue democrática e irrebatible. Aunque esta decisión, irónicamente, se torna en la más antidemocrática según se ve a diario.
El poder casi absoluto del presidente, coincide en la práctica actual con las premonitorias palabras que el mítico Alphonse Kauders dijera al Premio Nobel de Literatura 1961, el yugoslavo Ivo Andric: “un régimen fuerte solo existe en la cabeza de un loco. En la cabeza de los demás, igual que a su alrededor, no hay nada sino caos”.
¿Suenan familiares esas palabras?
PEJELANDIA debe su nombre al apócope de PEJELAGARTO y al anglicismo LAND.
El personaje epónimo es, al parecer, y aunque tal vez él mismo lo ignore, procedente de la legendaria HANDLEYBURG “la ciudad más honrada y austera de toda la región” como fue reconocida en su tiempo. Por lo que su escudo de armas luce rampante en gules la palabra HONESTIDAD.
Y así como la mayor transformación de Francia tuvo tres palabras emblemáticas: “Libertad, igualdad, fraternidad”, PEJELANDIA tiene frases de enorme peso: “Me canso Ganso”, “Lo que diga mi dedito” y tan contundentes y demoledoras como “Fuchi, guácala” y “Ríndanse, los tenemos rodeados”.
Todo ha cambiado y la mentada 4T como base filológica, filosófica y política guiará a las futuras generaciones y sus gobiernos hasta encabezar las listas de naciones notorias con la diferencia de que no serán como las de antes (porque “si nos comparan eso calienta”) y PEJELANDIA estará entre los integrantes del Top Five de Países, aunque en sentido inverso: de atrás hacia adelante.
Hay hombres adelantados a su tiempo pero también los hay, ya saben como quién, que nacen y viven retrasados en un par de siglos.
Antes decían que en el país subyacente de PEJELANDIA, Kafka, más que “surrealista” sería un escritor “costumbrista”.
Hoy, en esta floreciente PEJELANDIA, el mejor cronista o historiador (el único que nos explicaría con manzanitas lo que pasa) sería JORGE IBARGÜENGOITIA!!!
NOTA INDISPENSABLE: Para confirmar la existencia de PEJELANDIA basta con estar pendiente de NACIÓN 14, y seguir en Twitter a Alejandro Lelo de Larrea con FALSO, VERDADERO y NO VERIFICABLE de las Mañaneras.