Ciudad de México, 10 de marzo de 2020 (NACIÓN 14).- Ayudar a que las personas encuentren bienestar desde la alimentación, es la misión de Mónica Strauss directora de Food for Life Institute, quien enseña a través de diplomados de coaching en alimentación a valorar el cuerpo y cuidar lo que ingerimos para no dañarlo.
Mónica Strauss lleva 25 años en el mundo culinario y su filosofía se basa en que antes de ver hacia afuera es importante ver hacia adentro y en ese sentido, saber seleccionar lo que comemos nos ayuda a vernos y sentirnos mejor y a prevenir enfermedades.
Acompañada de sus amigos, familiares, alumnas y exalumnas, el jueves pasado Mónica recibió la cédula que acredita a Food for Life Institute como el primer centro de evaluación en México de food coach ante el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER) de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
La pionera del food coach en México quien ha formado hasta el momento a más de 500 alumnas fue entrevistada por Nación 14 y nos compartió que esta certificación significa un gran logro para ella.
¿Qué fue lo que te motivó a crear Food for Life Institute?
Mis experiencias de vida, pasé por muchos procesos para darme cuenta que la salud es importante y que hay una relación muy estrecha con la alimentación.
¿En este camino, cuáles han sido los retos a los que se ha enfrentado? Porque mencionó en su discurso a los asistentes que en ocasiones ha querido tirar la toalla ¿Cuáles han sido esos tropiezos?
Básicamente es porque voy a contracorriente. Lo que está en el sistema, yo exactamente digo todo lo contrario. Además, transformar el pensamiento de la gente cuesta trabajo, pero afortunadamente todo ha salido bien.
¿Mónica, qué significa realmente comer bien?
No hablo de comer, sino de nutrirse bien. Hipócrates, el padre de la medicina moderna habla de que nosotros somos nuestro propio doctor, y es volver a reconectarnos con nuestro cuerpo. Nutrirnos bien es darle a nuestro cuerpo lo que necesita y lo que la Naturaleza nos brinda, nada de alimentos procesados, nada de lo que sabemos que a nuestro cuerpo le cae mal. No hay una dieta para todo mundo, algo puede caerle mal a uno y a otro pude sentarle bien, pero cada uno hay que escucharnos y conectarnos con lo que realmente necesita nuestro cuerpo.
¿Es correcto hacer dieta?
No, lo correcto no es restringir sino nutrirnos con base a lo que nuestro cuerpo quiere y necesita.
¿Qué significa la certificación Conocer para Food for Life Institute y para ti?
Para mí es un gran orgullo porque soy la pionera de esta profesión en México (food coach) y el certificado eleva el prestigio del Instituto y es una gran oportunidad de profesionalizar a las alumnas.
¿Cuáles serían los empleos donde un food coach puede trabajar?
En cualquier lugar, porque lo que hacemos es enseñar a alimentarse, desde escuelas, empresas, hospitales, asilos, en cualquier lugar podemos entrar a educar.
¿Contempla el Instituto algún convenio con empresas u hospitales para proporcionar sus servicios?
Efectivamente esos es lo que queremos, la misión de un food coach es transformar vida e informar, no vendemos productos, lo que hay detrás de todo esto es informar y permear salud para que cada vez las generaciones en lugar de estar enfermas estén cada vez más sanas y saludables.
¿Qué es lo que sigue para Food for Life Institute? ¿Cuál es el próximo reto?
El próximo reto es empezar a sacar cursos vía online para poder llegar a más personas y sectores que no puedan estar aquí con nosotros.
CAMBIAR TU ESTILO DE VIDA
Y es que si hay algo que identifica a México es su comida, compuesta por una infinita variedad de frutas y verduras, semillas, condimentos y hierbas que le ponen sabor a los guisos de cada hogar. No obstante, hoy en día en muchos hogares mexicanos, esos caldos y platillos tradicionales que se cocinaban con productos frescos estaban siendo sustituidos por comidas más rápidas y sencillas que se encuentran en el supermercado, productos que contienen conservadores y altas porciones de azúcar y sodio.
En ese sentido, Mónica enseña que la única manera de controlar la calidad de los alimentos que consumimos diariamente es cocinándolos en casa, es decir volver a los alimentos frescos, 100 por ciento naturales y mínimamente procesados. Regresar incluso a las prácticas de nuestros ancestros que permiten estar en sincronía con nosotros mismos.
Las alumnas que han tomado los diplomados en Food for Life coinciden que hace falta aprender que comer y nutrirse no es lo mismo.
Comer es la simple acción de ingerir alimentos para poder sobrevivir.
Nutrirse en cambio es el proceso por el cual el cuerpo absorbe todas las propiedades de los alimentos para lograr un buen estado de salud.
Nury García quien ya concluyó el diplomado comparte que, “antes mi manera de cocinar era saludable, pero era muy diferente, ella (Mónica Strauss) me enseñó a comer más rico y más nutrido”.
Jorgelina, originaria de Argentina aseguró que tomar estas clases cambió su vida “porque muchas veces creemos que comemos sano y aquí aprendí a nutrirme y a enseñarle a mi familia a nutrirse”.
Las alumnas invitan a aquellas personas que quieran mejorar su alimentación a ir poco a poco y no de manera abrupta o de lo contrario se conseguirán daños a la salud.
“Hay que empezar a hacerlo paulatino, también si uno se pone muy estricto genera estrés y nos hacemos daño”.
“No puedes volverte tan rígido porque pierdes el balance de lo primario que es la convivencia con los demás, se valen pequeños pecados”.
ETIQUETADO DE PRODUCTOS
En un momento en el que se discute la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos que obliga a la industria a que en los empaques se incluyan advertencias como “exceso en azúcar”, “exceso en calorías”, “exceso en grasas saturadas” y “exceso en sodio”, las alumnas de Mónica coinciden en la importancia de revisar el etiquetado de los productos.
Jorgelina, originaria de Argentina, estudió tres años en el Instituto y asegura que “el etiquetado es fundamental, porque más que la tabla calórica lo importante son los ingredientes que traen los productos”.
Nury opina que “Es de lo más importante que hay, la gente se va por las calorías y lo importante son los ingredientes. A veces le damos a los niños un producto que pensamos que es saludable y está lleno de jarabe de maíz de alta fructosa, tiene mucha azúcar, sodio, conservadores y productos que son dañinos”.
Asimismo, aseguran que existe una falta de cultura sobre revisar lo que consumimos, porque la gente se basa en el marketing, “es primordial que la gente empiece a revisar las etiquetas”.
“Los primeros ingredientes de la tabla es lo que más tiene el producto, muchas veces el segundo ingrediente es azúcar”, asegura Ronit quien ya se graduó como food coach.
Al final resumen que la regla general es “si no entiendes lo que dice en la tabla, te va a hacer daño”.
FOOD COACH COMO PROFESIÓN
Aunque al principio la mayoría acude al instituto para aprender a nutrirse mejor, los conocimientos teóricos y prácticos adquiridos les permiten en un futuro incorporarse en el mundo laboral como food coach.
“Yo empecé para modificar mi alimentación y hoy si lo quiero hacer como una fuente de trabajo, hay mucha gente ávida que quiere recibir esta información”, concluyen.