A tan solo unos días del inicio del cónclave, programado para el próximo 7 de mayo, la atención mundial se centra en los cardenales electores y los perfiles de aquellos que suenan con mayor fuerza para suceder al actual Sumo Pontífice. La elección del nuevo líder de la Iglesia Católica es un proceso complejo y lleno de incertidumbre, pero algunos nombres han comenzado a destacar entre los posibles “papables”.
Los perfiles de otros posibles “papables”
Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Ángel Fernández Artime, pro-Prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat.
Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.
Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo.
Lazzaro You Heung-sik, prefecto del Dicasterio del Clero.
Odilo Scherer, arzobispo de Sao Paolo.
Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales.
Blase Cupich, arzobispo de Chicago.
Charles Bo, arzobispo de Rangún.
Durante la congregación han intervenido 20 cardenales, que han hablado de la Iglesia, su relación con el mundo, además de las características que debe tener el nuevo papa ante esos retos, indicó el portavoz.
Entre los que se dirigieron al resto de purpurados figuran el alemán Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising; el filipino Luis Antonio Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, y el francés Dominique Mamberti, Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.
Es importante señalar que la lista de posibles “papables” es fluida y está sujeta a cambios a medida que se acerca el cónclave. Las dinámicas internas del Colegio Cardenalicio, las alianzas que puedan formarse y la influencia del Espíritu Santo son factores impredecibles que pueden alterar el panorama en cualquier momento.
El mundo observa con atención el desarrollo de los acontecimientos en el Vaticano, consciente de la trascendencia de la elección del próximo Sumo Pontífice para la vida de millones de católicos y para el panorama religioso global. El cónclave que iniciará el 7 de mayo marcará un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica.
