Las naciones occidentales acordaron aplicar nuevas sanciones drásticas destinadas a aislar aún más la economía y el sistema financiero de Rusia después de que las sanciones iniciales no lograron convencer al presidente Vladimir Putin de retirarse de Ucrania.
El sábado se anunció en un comunicado conjunto la decisión conjunta de desconectar a algunos bancos rusos del sistema de mensajería SWIFT, utilizado para transacciones por valor de billones de dólares entre miles de bancos de todo el mundo.
La medida está dirigida a los bancos rusos que ya han sido sancionados por la comunidad internacional, pero puede ampliarse a otros bancos rusos, si es necesario, según un portavoz del gobierno alemán.
Además, las naciones dijeron que actuarían juntas para imponer “medidas restrictivas que evitarán que el Banco Central de Rusia despliegue sus reservas internacionales de manera que socaven el impacto de nuestras sanciones”.
A medida que avanza el conflicto en Ucrania, ha surgido un consenso para evitar que Rusia use las tuberías del dinero moderno y aislarlo como un paria similar a Irán, Venezuela y Corea del Norte. Estados Unidos y sus socios europeos se concentraron en una posible fuente de efectivo para el gobierno en los 643 mil millones de reservas del banco central que Putin había acumulado antes de su ataque.