Por: Jesús Medina Aguilar
San Miguel Anenecuilco, Morelos, 14 Agosto 2020.- Uno de los sueños de José Manuel, joven morelense de 19 años es estudiar ingeniería como aquel patrón con el que trabajó y que consideró su mentor, aunque es bueno con las matemáticas los pocos recursos que obtiene de su oficio de ayudante de albañil se lo impiden, ya que también es padre de dos menores que educa junto a su concubina Esmeralda, ambos fueron padres siendo casi adolescentes.
La vida es complicada en uno de los pueblos con más marginación del estado, eso lo sabía José antes de desaparecer la mañana del 20 de julio del 2020 cuando avisó a su patrón que no iría a trabajar.
A principios de este año el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador visitó la tierra que vio nacer a Emiliano Zapata, el popular líder revolucionario, entre empujones y reclamos por respeto al campo las consignas quedaron ahogadas, las voces que imploraban justicia y mayor seguridad fueron ignoradas por el mandatario, los manifestantes que lograron romper el cerco de escoltas fueron intimidados a punta de pistola como quedó grabado en video ya que el motivo de la gira era la inauguración de obras de “embellecimiento”.
Desde ese 6 de enero, flamantes calles e inmuebles rehabilitados maquillan la realidad de esa comunidad agraria por excelencia: la “Tierra del Jefe”, es aquí donde la madre de José Manuel Hernández González no ha parado de buscarle.
Frente a la efigie de Zapata en el Zócalo de Anenecuilco, Alejandra, madre de José recibe al equipo de reporteros que le acompañaríamos ese caluroso día en su búsqueda.
Miradas escudriñantes se clavan en las motos en las que nos transportamos, estos vehículos y motonetas son el principal medio de transporte de los “punteros” (dealers) y de los “halcones” esos jóvenes que dan el “pitazo” cuando la policía o alguien extraño pisa el territorio controlado por alguna banda delincuencial.
Pasando el primer cuadro las calles lucen descuidadas si es que hay calles, ya que entre más nos adentramos el pavimento desaparece, en uno de esos hogares dos pequeños ya resienten la ausencia de su padre.
La mañana del 20 de julio José se iba a ir a trabajar, quedó de verse con un amigo antes de irse a su empleo de ayudante en una construcción, salió de su casa a las 6 de la mañana, algo sucede que José avisa a su pareja que ya iba para su casa y no iría a trabajar, ella lo estuvo esperando, no era la primera vez que hacía eso, espero hasta las 10:30 de la noche del día lunes, al día siguiente el teléfono de Alejandra sonó a las 9:00 de la mañana, al revisar el mensaje de su nuera la preocupación le invadió, el texto decía “Es que no llegó”.
Esmeralda, la joven mamá de los pequeños recuerda bien que el día que desapareció su pareja este vestía camisa negra de manga larga, chaleco gris, pantalón de mezclilla azul marino y sus infaltables botas mineras.
Alejandra, la madre fue quien inició la denuncia por desaparición dos días después en la Fiscalía General de Estado de Morelos, jamás se imaginó que tendría que vivir en carne propia lo que cada persona en esta situación tiene que pasar: la indiferencia.
El día 22 de julio ingresó su denuncia, esa mañana otros padres estaban ahí consternados porque sus hijos, mujeres en su mayoría, también habían desaparecido.
Los días pasaron y las jovencitas desaparecidas fueron encontradas, “se fueron por su voluntad” concluyeron en los comunicados de la Fiscalía, gracias a eso la madre de José alberga la esperanza que también su hijo se haya ido por su propia voluntad y que regrese sano y salvo.
La madre de la víctima nos cuenta que el trato en la Fiscalía no fue el mejor la primera vez, sin embargo gracias a una llamada anónima logró comunicarse con la Comisión Nacional de Búsqueda quienes le han brindado asesoría pero sobre todo apoyo moral asegura. Mientras nos cuenta el infierno por el que atraviesa le acompañamos en su andar por oficinas del ministerio público y la fiscalía, todo en medio de una pandemia que solo empeora la situación.
Conforme avanzan las investigaciones poco después se entera que gente del pueblo mencionó que lo vieron por última vez entre las 12:00 y la 13:00 de la tarde con otras dos personas y de ahí ya no se supo su paradero.
Desde lo alto de una colonia popular se observan los valles sembrados de caña y las exhaciendas en ruinas, este pueblo alberga el orgullo de la lucha revolucionaria, muchos son las anécdotas que en este pueblo se cuentan, pero poco se habla de la disputa del poder entre bandas criminales. La impresión de los padres de familia al desaparecer uno de sus hijos es pensar lo peor, -“tal vez se trata de una red de trata de blancas o pues como como comúnmente se les dice, levantones” pensó Alejandra.
Ante este escenario le preguntó ¿Es difícil para los jóvenes vivir en Anenecuilco?
Dependiendo las amistades, si mis amistades son buenas no vas a tener problemas pero desgraciadamente aquí en Anenecuilco se ha olvidado mucho a la juventud, sí los policías ven a bolitas de chicos tomando no les dicen nada, no hay esa esa iniciativa de hacer programas para jóvenes, para que aprendan un oficio o que haya talleres para desarrollar sus talentos porque todos tienen talento, me responde Alejandra.
¿Hay temor por presencia de bandas delincuenciales, de grupos organizados?
Sí, sí hay temor porque se han suscitado muchos casos de muertos y torturados aquí en Anenecuilco y son casos de chicos de 20 años 19, jóvenes.
Mientras responde las preguntas sus manos estrujan un pequeño cojín con la imagen de una deidad hindú, en su mente reconstruye esa incertidumbre cuando le hablan por teléfono los comandantes diciéndole: “señora encontramos una persona”, -en ese momento siento ese temor que sea él, pero cuando me empiezan a decir – “Pero no se espante, es otra persona”, me doy cuenta que realmente Morelos es un lugar inseguro para los jóvenes. Hay conflicto entre bandos delincuenciales, hay batalla de poderes, todo el pueblo de Anenecuilco lo sabe.
Efectivamente en el estado de Morelos no hay programas eficientes que atiendan las necesidades de este sector tan olvidado, solo simulaciones y como sucede en todo el país los jóvenes son orillados a la deserción escolar por la escases de recursos, aunado a la falta de empleo ha orillado a decenas de ellos a integrarse en las filas del crimen organizado.
“Cuando estaba más chico le compré un Xbox y se sabía todos los trucos, se la pasaba día y noche en el videojuego y era algo que también a mí me tranquilizaba porque en ese tiempo se escuchaba mucho de la violencia, mucha violencia en el pueblo, mucha violencia en la ciudad, entonces para mí era un consuelo que yo prefería ver a mi hijo jugando videojuegos a que anduviera en la calle”, agrega.
Desde que la Comisión Nacional de Búsqueda le asesora en el seguimiento del caso y la correcta integración de la carpeta, el proceso ha avanzado más asegura, recientemente le fueron solicitadas muestras de sangre para la base de datos de genética en caso de necesitar cotejar el perfil genético con alguno de los tantos cuerpos que yacen en el servicio médico forense.
“Ahorita todos los procesos que llevado me ha ayudado mucho la CNB, para integrar la carpeta, una de ellas es ésta, -señala un oficio- es la solicitud de recolección de muestras de sangre, esto es para que si en algún dado caso que lo encuentren sin vida y esté en calidad de desconocido, mediante la base de datos de genética si llegan a tener un cadáver ellos checan con la base de datos y si empata con alguien de la base de datos entonces es cómo se hace el reconocimiento”, explica la joven madre buscadora.
Organizaciones de familiares de personas desaparecidas en Morelos han afirmado que se han contabilizado más de 500 cuerpos sin identificar en los servicios médico forenses del estado la falta de certidumbre se incrementa con las defunciones derivadas de la pandemia._
Alejandra piensa integrarse a colectivos de búsqueda pero por el momento la prioridad es encontrar a su hijo. En Morelos existen colectivos como “Regresando a Casa Morelos”, “Víctimas y Ofendidos del Estado de Morelos” y “Ana Karen Vive”, son algunos que aglutinan a padres y madres que buscan a sus hijos, hijas, hermanos, padres y demás.
En Morelos no hay una cifra total y específica sobre los desaparecidos. Aunque a nivel nacional ya se conocen estos datos, en la entidad se sigue depurando la lista porque, según asegura la titular de la Comisión de Atención y Búsqueda de Personas del estado de Morelos, Wendy Guadalupe Ruiz Ramírez, que había errores en la estadística que se tenía y ahora se tiene que validar con la Fiscalía. Aunque falta conocer el número exacto de morelenses que han desaparecido, el número se aproxima a casi dos mil. La capital Cuernavaca y Cuautla son las ciudades donde más desparecen las personas en su mayoría hombres, con edades entre 17 y 33 años.
Según la ONU, que citó datos oficiales del Gobierno mexicano, el pasado enero México llevaba registradas 61 mil 637 personas desaparecidas, la mayoría entre 2006 y 2019, además de 37 mil personas fallecidas pendientes de identificar.
La Comisión Nacional de Búsqueda a diferencia de otros países contempla la búsqueda de las personas desaparecidas sin importar la fecha de su desaparición (reciente o de larga data), es decir, no se limita a un periodo histórico.
Por su parte el gobierno del estado de Morelos, dispone de recursos humanos, materiales y financieros para que la Comisión pueda operar, además de gestionar la creación de plazas, descriptivos y perfiles de puestos para dicha Comisión, sin embargo aun con la creación de dicha oficina se ha identificado que muchas personas no denuncian ante una autoridad ministerial la desaparición de su ser querido, ya sea por miedo o por desconfianza en las autoridades.
Otras más, las que sí han denunciado la desaparición, desconocen si la información otorgada será utilizada y, en su caso, en qué forma en la búsqueda e investigación.
Con la finalidad de comenzar a responder a dicha realidad, la CNB elaboró una herramienta para registrar a las personas desaparecidas, que incluye la posibilidad de hacerlo de manera anónima e, incluso, sin necesidad de que exista una denuncia de por medio.
Dicha herramienta puede ser utilizada tanto por autoridades como por particulares y permite, además, ingresar toda la información que se desee por parte de las diferentes fuentes. La información otorgada es protegida para fines de búsqueda y se realizan en https://cnbreportadesaparecidos.segob.gob.mx
El 17 de abril de 2020, se publicó en el Diario Oficial de la Federación que la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Salud, por impulso de la Comisión Nacional de Búsqueda, emitieron un Acuerdo por el que se prohíbe la incineración de cuerpos no identificados e identificados no reclamados fallecidos a consecuencia de COVID-19. Asimismo, se establece que dichos cuerpos no pueden ser enterrados en fosas comunes ya existentes. La comunidad internacional reconoció dicho Acuerdo como una buena práctica internacional en relación con la búsqueda de personas desaparecidas.
Antes de concluir la entrevista Alejandra aprovecha para enviar un mensaje: “sí ven a mi hijo, si no quieren hablar al teléfono, le hablen a él y le digan que lo estamos esperando, que yo lo espero, que su familia lo espera, que sus hijos lo esperan, el niño tiene dos años y la niña tiene 3 meses y ya lo buscan a pesar de que la niña tiene tres meses siente la ausencia de su papá. Mi mensaje es ese, que con cualquier dato que den con eso es una ayuda y si ven publicaciones en Facebook de mi hijo no lo dejen pasar, que también me hagan el favor de compartir, que no lo dejen en el olvido. Si todos nos ayudamos se pueden encontrar los familiares, no sólo mi hijo, el de muchas madres que estamos con la esperanza de que nuestros hijos están vivos”.