México, 28 de marzo de 2020 (NACIÓN 14).- Pájaros cantando a todo pulmón, jabalíes caminando por la ciudad y delfines de regreso en las costas. El confinamiento ha dado vía libre a los animales, que disfrutan de la calma, y los humanos se toman más tiempo para observar la naturaleza.
En Madrid hay pavos reales por las calles pic.twitter.com/svH2OZus3N
— BRUNO CABALA (@BRUNO_CABALA) March 19, 2020
En los primeros días del confinamiento por el coronavirus, los habitantes de las grandes ciudades redescubrieron el canto de los pájaros. Se vieron jabalíes en Barcelona y a un puma silvestre deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile.
Indentifiqueu per quin poble passejaven aquests senglars aquesta matinada? #medinatural #coronaarenys #EnsEnSortirem pic.twitter.com/HAfQZFJquN
— Aj. Arenys de Mar (@AjArenys) March 25, 2020
Con la brutal caída de la presencia humana en las calles, los animales salvajes urbanos “tienen vía libre para pasear por las ciudades”, dice a la AFP Romain Julliard, director de investigación del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Pavos reales y patos se pasean por el centro de Madrid en busca de alimento en plena crisis de coronavirus https://t.co/MQeBxUY1vT pic.twitter.com/CHGc817MZp
— Adrián Delgado (@ADelgadoLeon) March 24, 2020
Cita el ejemplo de los zorros. Estos animales “cambian su comportamiento muy rápidamente, cuando un espacio está tranquilo, van“, señala.
Asimismo, los animales y las aves que viven en los parques urbanos, como los gorriones, palomas y cuervos, pueden abandonar su territorio habitual y “liberar espacio para otros animales”.
En cuanto a los pájaros, no es que haya más, sino que ahora se los puede escuchar cantar. Algunos pájaros “dejan de cantar cuando hay ruido. Ahora vuelven a cantar”, explica Jérôme Sueur, especialista en acústica del Museo Nacional de Historia Natural.
“El ruido también altera su comportamiento y genera estrés”, explica.
La desaparición de la cacofonía humana es “beneficiosa” para los animales, en plena primavera en el hemisferio norte.
Esto es Cangas de Narcea, en Asturias. A ver quien denuncia al oso por no quedarse en casa.#BuenosDias #YoMeQuedoEnMiCasa pic.twitter.com/45sRFH1JJQ
— Borja Casado (@franpenat) March 23, 2020
Manejar el fin de la cuarentena
El confinamiento de los humanos coincide, para ciertas especies, con el apogeo de la temporada de apareamiento.
Es el caso del sapo común y de la salamandra moteada, que “muchas veces son atropellados cuando cruzan las carreteras”, explica Jean-Noël Rieffel, director regional de la Oficina Francesa de la Biodiversidad.
Las gaviotas de cabeza negra, que anidan en los bancos de arena del río Loira, en Francia, suelen ser perturbadas en tiempo normal. Pero ya no hay más caminantes, ni perros, ni canoas. Tampoco hay curiosos que molesten a los cervatillos.
En el Parque Nacional de las Calanques, cerca de Marsella (sudeste de Francia), cerrado al público por el confinamiento, “la naturaleza y los animales están regresando a sus espacios naturales a una velocidad sorprendente”, dice su presidente Didier Réault.
“Las pardelas que solían anidar en los archipiélagos, en áreas altamente protegidas, ahora se están reuniendo en el agua”, explica.
Lo mismo ocurre con las plantas. Las orquídeas salvajes, protegidas, crecen a finales de abril/principios de mayo y a veces son recogidas por los caminantes, dice Jean-Noël Rieffel. Este año podrían crecer en paz.
En la ciudad, los céspedes florecen y ofrecen “recursos para abejorros, abejas y mariposas”, explica Romain Julliard.
Para el científico, “quizás el fenómeno más importante es que nuestra manera de ver a la naturaleza está cambiando: las personas confinadas se están dando cuenta de cuánto extrañan la naturaleza”.
Confinados en sus casas, las personas tienen más tiempo para observar la naturaleza desde sus ventanas o jardines.
Amanece la Bahía de #Cartagena con #Delfines. Es hora de reflexionar en medio de esta cuarentena. Necesitamos un desarrollo consciente, en sintonía con la naturaleza, para sobrevivir como especie y permitirle al planeta recuperarse. #ODS + #COP21 ya. pic.twitter.com/dmYZYv2AQM
— Sergio A. Londoño Zurek (@sergiolonzu) March 21, 2020
La operación “confinados pero al acecho” de la Liga Francesa de Protección de las Aves incita “a la gente abrir sus ventanas, observar a los pájaros e identificarlos si pueden”, dice su presidente Allain Bougrain-Dubourg.
Sin embargo, el confinamiento de los humanos es una mala noticia para las especies acostumbradas a alimentarse de sus desechos.
Las palomas empiezan a tener hambre en Benidorm xD pic.twitter.com/aZ7IEO2Gcw
— Josemi la Pegsona (@Josemicod5) March 19, 2020
Otro inconveniente es que se interrumpen las operaciones de ayuda a las especies en peligro de extinción o de lucha contra las especies invasoras, señala Loïc Obled, director general Adjunto de la Oficina Francesa de Biodiversidad.
También será necesario manejar de la mejor manera el fin de la cuarentena. “La gente querrá estar cerca de la naturaleza, pero un exceso puede ser desfavorable para la fauna y la flora”, advierte Jean-Noël Rieffel.
#Venecia, #Italia 🌊🇮🇹
— i-guias (@i_guias) March 22, 2020
Una de las consecuencias imprevistas del Coronavirus ha sido su paso por los canales de Venecia. Aguas cristalíneas como hacía siglos no se veían, con cisnes, peces e incluso delfines tomando posesión de ellas pic.twitter.com/YOrwCZab34