De acuerdo con el mandatario, estas medidas forman parte de su plan para reducir el déficit federal y estimular la manufactura nacional. Además de los fármacos, se aplicará un 50% a gabinetes de cocina y tocadores de baño, 30% a muebles tapizados y 25% a camiones pesados.
Con este anuncio, Trump refuerza su política proteccionista, luego de los gravámenes impuestos en agosto sobre otros bienes. Sin embargo, expertos económicos advirtieron que estas medidas podrían incrementar la inflación ya elevada y frenar el crecimiento económico, en un escenario donde el sector privado aún enfrenta los efectos de aranceles anteriores.
El impacto podría sentirse directamente en los hogares estadounidenses, debido al aumento de costos en insumos, medicamentos y artículos de uso cotidiano. “Comenzamos a ver que los precios de los bienes se reflejan en una mayor inflación”, alertó recientemente el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
Analistas subrayan que la estrategia de Trump podría beneficiar a ciertos sectores manufactureros dentro del país, pero al mismo tiempo encarecer el acceso a productos esenciales, como los fármacos, con efectos directos sobre consumidores y pacientes.