Una adolescente de 14 años identificada como Paloma Nicole murió el 20 de septiembre en Durango tras haber sido sometida a una cirugía de aumento de busto. El certificado de defunción estableció como causa un edema cerebral, cefalopatía hipóxica y bradicardia.
Carlos Said, padre de la menor, denunció ante las autoridades que la intervención se realizó sin su autorización. “Quiero justicia por mi niña, no quiero que queden así las cosas. Quiero que se sepa la verdad y quien tenga que caer, que caiga”, declaró al exigir que el caso no quede impune.
El padre narró que inicialmente le informaron que su hija había sido hospitalizada por un paro respiratorio y posteriormente inducida a coma. “Deciden desentubarla… ya en la noche se pone muy mal otra vez… le hacen un electrocardiograma, detectan muerte cerebral y nos comentan que la niña ya no iba a despertar”, relató.
Fue en el momento de despedirse de su hija cuando Carlos Said notó inconsistencias: “La abrazamos y le noté un corpiño quirúrgico cuando no tenía por qué tenerlo”. Durante el velorio, con ayuda de familiares, confirmó sus sospechas: “Abrimos el ataúd… vimos que tenía implantes la niña. Vimos las cicatrices”.
El denunciante señaló directamente a la madre de la menor y a su actual pareja como responsables de haber autorizado y practicado la cirugía, pese a no contar con acreditación médica. La Fiscalía General del Estado informó que abrió una carpeta de investigación por omisión de cuidados, mala praxis y homicidio culposo.
La fiscal Sonia Yadira de la Garza aseguró que se procederá con apego a derecho: “Estamos trabajando con transparencia para que se haga justicia” dijo.