Las autoridades de Michoacán detuvieron a siete escoltas de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan asesinado el pasado 1 de noviembre, luego de que avanzara la investigación que ya señalaba irregularidades en su actuación.
Los policías municipales, responsables directos de su seguridad, fueron trasladados al penal Mil Cumbres para quedar a disposición de un juez de Control.
La Fiscalía estatal acusa a los escoltas de homicidio calificado en comisión por omisión, al considerar que su falta de acción habría contribuido al asesinato del alcalde.
Días antes, el secretario Omar García Harfuch había adelantado que los ocho elementos estaban bajo investigación.
El caso se complica aún más tras versiones previas del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, quien apuntó que los escoltas también habrían incurrido en uso excesivo de la fuerza durante la detención de Víctor Manuel Ubaldo, el agresor del alcalde, quien murió tras un disparo en medio de un forcejeo.



