Ciudad de México, 24 de junio de 2020 (NACIÓN 14).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó sus proyecciones de crecimiento en la economía mexicana para este 2020 y estimó una brutal caída del 10.5 por ciento, esto a consecuencia del impacto de la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con lo estipulado en el informe Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI proyectaba en abril una caída de 6.6 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Para el 2021, el organismo estima un rebote de 3.3 por ciento, en lugar de 3 por ciento.
Destacaron que por primera vez se proyecta que todas las regiones registrarán un crecimiento negativo en 2020; sin embargo, existen diferencias sustanciales entre las economías, lo que refleja la evolución de la pandemia, que en el caso de América Latina, la mayoría de los países aún lucha por contener las infecciones.
Asimismo, se indicó que la magnitud de la contracción económica refleja la efectividad de las estrategias de contención; la variación en la estructura económica (por ejemplo, dependencia de sectores gravemente afectados, como el turismo y el petróleo); la dependencia de los flujos financieros externos, incluidas las remesas; y las tendencias de crecimiento previas a la crisis.
Sin embargo, el FMI sugirió a todos los países, incluidos los que parecen haber dejado atrás los picos de infección, asegurarse de que los sistemas sanitarios cuenten con recursos adecuados.
Añadió que en los casos que requieren confinamientos, la política económica debería continuar amortiguando las pérdidas de ingreso de los hogares a través de medidas sustanciales y bien focalizadas, además de brindar apoyo a las empresas que sufren las consecuencias de restricciones obligatorias a la actividad.
En los casos en que las economías están reabriendo, el respaldo focalizado debería desmontarse paulatinamente a medida que la recuperación se ponga en marcha, y las políticas deberían infundir estímulo para promover la demanda y facilitar e incentivar la reasignación de recursos, alejándolos de los sectores que probablemente terminen siendo persistentemente más pequeños después de la pandemia.
Además, aprovechando la disminución sin precedentes de las emisiones de gases de efecto invernadero durante la pandemia, las autoridades deberían poner en práctica sus compromisos de mitigación del cambio climático y, a la vez, colaborar para ampliar la aplicación de impuestos diseñados según criterios de equidad que graven las emisiones de carbono o sistemas equivalentes.
Finalmente la organización internacional pidió a la comunidad internacional actuar para evitar una repetición de esta catástrofe, organizando reservas internacionales de suministros y equipos de protección esenciales, financiando la investigación y apuntalando los sistemas sanitarios públicos, y estableciendo modalidades eficaces para llevar alivio a los más necesitados.