*Al final, toda la población del país se habrá contagiado e inmunizado, afirma académico de la UAM
*El principio es que entre más pronto se abra la economía, menos profunda será la recesión
Ciudad de México, 8 de mayo de 2020 (NACIÓN 14).- La curva epidemiológica del COVID-19 en México “no logrará aplanarse como se prometió y tiende a ser tan espigada como las de otros países”, sostiene el doctor Roberto Gutiérrez Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“El punto de inflexión se ha tenido que aplazar a medida que se posee mejor información y proyecciones más confiables, pero es evidente que se ha jugado con dos fuerzas: permitir la expansión del contagio de manera controlada –no deben rebasar los límites que impone la capacidad hospitalaria– y enviar a los agentes financieros la señal de que pronto se reabrirá la economía y habrá un adecuado control de daños”.
De acuerdo con el principio epidemiológico, al final toda la población se habrá infectado e inmunizado; una parte desarrollará la enfermedad y otra habrá fallecido, determinó el experto.
Dijo que en el aspecto económico, entre más pronto se abra, menos profunda será la recesión; menos personas se quedarán sin empleo e ingresos; menos aumentará el grupo de familias en condiciones de pobreza; menos se abrirá la brecha de la desigualdad; más petróleo podrá extraerse y venderse, y mayor sincronización se logrará con Estados Unidos, cuya epidemia inició un mes antes que en México.
Los pasados días 4 y 5 de mayo, el doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, anunció el aplanamiento de la curva a partir de los modelos y las estadísticas conjuntos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el CentroGeo, GeoInt y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero no del denominado Centinela, retomado por la propia Secretaría de Salud ante el primer brote, a fines de febrero de este año.
Indicó que el argumento del doctor López Gatell es que gracias a las medidas de distanciamiento social, se había reducido en 74 por ciento el número de contagios entre la cresta hipotética –sin intervención, que se habría alcanzado el 2 de abril– y la del 8 de mayo, lo que se interpreta como que, en vez de un registro de casi 31 mil contagios para el 8 de mayo habrían sido 129 mil 36 días antes, en lugar de 3 mil 218 fallecidos en esta fecha; la cifra habría sido 13 mil 400, 36 días antes.
Si estos cálculos son “consistentes con lo dicho por el subsecretario, en el pico el número de enfermos y fallecidos tendrían niveles similares a los de Francia, quinto país más afectado por la pandemia en el mundo”, señala el académico en su artículo A mitad de la duración proyectada del COVID-19, México se debate entre dos fuerzas: el alto número de fallecimientos y la reapertura de la economía.
Al margen “de la magnitud y la fecha de las crestas, las áreas abajo de ambas curvas tendrían el mismo volumen, lo que implica que la cantidad de personas infectadas sería la misma y la conclusión de contagios se corre en los nuevos cálculos para el 5 de julio”.
El jefe del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa menciona la existencia de dos tipos de modelos que dan seguimiento a la expansión: uno sigmoideo, aplicado por esta instancia académica de la UAM y el cual centra su atención en el punto de inflexión de la parte creciente de la curva, y otro epidemiológico, en práctica por el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, el Boston Consulting Group (BCG) y el Predicting Monitoring of COVID-19 del Laboratorio de Innovación de la Universidad de Singapur (SUPM).
En este último, la cúspide se alcanza cuando el valor de la pendiente de la curva es igual a cero y se traduce en el descenso de la cantidad diaria de transmisión.
El ganador del Premio Comercio Exterior 2016 precisó que las tasas de incremento de los contagios no eran de cero cuando se hizo el anuncio del aplanamiento de la curva, debido a que el primero y el 4 de mayo el valor promedio había sido de 6.3 por ciento, duplicándose la cifra cada 11.1 días.
Sin embargo, asegura que mientras en algunas regiones el número desciende, en otras sube, lo cual se debe sobre todo a que los ciclos no están sincronizados. Con tasas de crecimiento negativas de los contagios, los gobiernos encuentran un argumento poderoso para empezar a abrir sus economías, por lo general presionados por la iniciativa privada, como ha sucedido en Dinamarca, Suecia, Alemania, España e Italia, y en esa misma dirección tratan de avanzar Gran Bretaña y Estados Unidos.
Sobre eso, el doctor Gutiérrez Rodríguez alertó del peligro de los rebrotes, en particular a partir del otoño de 2020, pues provocarían apremio máximo por el retraso en la reapertura de las economías, incluida la mexicana, y que funcionen a un ritmo sustancialmente más lento al experimentado en 2019.