* La Cepal proyecta que el número de personas en situación de pobreza en la región será de 230.9 millones en 2020.
México, 15 de julio de 2020 (NACiÓN 14).- La actividad económica en el mundo está cayendo más de lo previsto como consecuencia de la crisis por la pandemia del coronavirus y donde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe calcula un desplome del PIB del 9.1 por ciento este año, la peor cifra en un siglo.
El documento plantea que la caída en la actividad económica es de tal magnitud que llevará a que, al cierre de 2020, el nivel del PIB per cápita de América Latina y el Caribe sea similar al observado en 2010, es decir, habrá un retroceso de 10 años en los niveles de ingreso por habitante.
“Tenemos una contracción como no la habíamos visto en 100 años. Estamos ante una nueva década perdida y el PIB per capita va a retroceder a niveles de 2010”, indicó este miércoles la secretaria ejecutiva del órgano dependiente de la ONU, la mexicana Alicia Bárcena.
América Latina se encuentra hoy en el epicentro de la pandemia y, si bien algunos gobiernos han comenzado a aliviar las medidas de contención, otros han debido continuarlas o incluso intensificarlas ante el persistente aumento de los casos diarios de la enfermedad.
Así lo señala Informe especial COVID-19 N⁰ 5 de la CEPAL, titulado Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones, que fue presentado este miércoles 15 de julio por la Secretaria Ejecutiva del organismo de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, en una conferencia de prensa virtual realizada desde Santiago de Chile.
Según la Cepal, naciones como Perú, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -13 por ciento, Argentina -10.5, Brasil -9.2, México -9.2 y Colombia, -5.2, figuran entre los más afectados por los efectos económicos y sociales de la pandemia.
Por subregiones el pronóstico es de -9.4 por ciento en América del Sur, -8.4 en América Central y México y -7.9 para el Caribe excluyendo Guyana, único país que mostrará un fuerte crecimiento.
El mayor impacto se produce en servicios como turismo, aviación, alojamiento, restaurantes, entretenimiento y comercio, con excepción de los supermercados, farmacias y otros servicios declarados como esenciales, y en producciones con un mayor valor agregado mientras que sectores primarios no se vieron tan perjudicados.
En algunos países la construcción también se vio muy afectada por la paralización de obras y la elevada incertidumbre que afecta la puesta en marcha de nuevos proyectos.
“Se prevé ahora un aumento también mayor del desempleo, que a su vez provocará un deterioro importante en los niveles de pobreza y desigualdad”, declaró Alicia Bárcena en su presentación.
Estimó que 18 millones de personas adicionales se quedarán sin trabajo en comparación con los niveles de 2019 a medida que las medidas de cierre continúan afectando a las economías ya frágiles.
La agencia espera que 44.1 millones estén desempleados para fin de año, una cifra superior a la registrada en medio de la crisis financiera de 2008-2009.
Para la Cepal el número de personas en la pobreza aumentará este año hasta sumar 230.9 millones, el 37.3 por ciento de la población latinoamericana, mientras que en extrema pobreza estará el 15.5 por ciento de los habitantes de la región, con el agravante de una mayor desigualdad en la distribución del ingreso en todos los países.
Estas consecuencias sociales se expresarán en diferentes magnitudes, con los mayores incrementos de la pobreza (de al menos siete por ciento) en Argentina, Brasil, Ecuador, México y Perú, y la pobreza extrema se incrementaría principalmente en Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador y México y Nicaragua (al menos en cuatro puntos porcentuales).
La Cepal alerta además que siendo esta región la más desigual del mundo, ese problema se profundizará aun más, en especial en Brasil, Chile, México, Argentina, Perú y Ecuador.
Asimismo, la Cepal reconoció que si bien los países de la región han anunciado medidas muy importantes, en la medida que se extiende el confinamiento, se requieren esfuerzos adicionales para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares.
En ese sentido, la Cepal reitera sus propuestas hechas en el pasado, como: la implementación de un ingreso básico de emergencia como instrumento de protección social, un bono contra el hambre y varias iniciativas de apoyo a empresas y trabajadores en riesgo.