Ciudad de México, 8 de junio de 2020 (NACIÓN 14).- Guantes y cubrebocas que ahora son artículos de primera necesidad para protegernos de la COVID-19, se suman por millones a los desechos que al no tener un manejo adecuado, pueden llegar a mares y costas del planeta, advirtió Raquel Briseño, investigadora de la UNAM.
La investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM resaltó que antes de la pandemia la basura que llegaba a estas masas de agua era una preocupación, y ahora los restos de estos insumos se sumarán a los que llegan a mares y costas del planeta.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, que se conmemora hoy, señaló que en las campañas para donar material de protección hospitalario, “las estadísticas muestran que en un día, una sola persona trabajando en áreas COVID-19 puede requerir hasta 16 cambios de guantes, cuatro batas, cuatro cubrebocas desechables, una mascarilla N-95 y cubrebotas.
“Si estas cifras se extrapolan a cada hospital del país, a nuestra región y a nivel global, podemos tener otro ángulo para visibilizar la magnitud de generación de estos residuos”.
En días pasados la organización Operation Mer Propre Sea (Operación mar limpio) difundió un video en el que mostró que ya han llegado al Mar Mediterráneo estos desechos; con ello se muestra que hasta ahora no hay un tratamiento apropiado, dijo la también coordinadora del Banco de Información de Tortugas Marinas (BITMAR).
La investigadora destaca que la pandemia de COVID-19 ha sido una advertencia dolorosa en términos de pérdida de vidas humanas, economías trastocadas y problemas sociales en niveles inesperados lo que obliga a mirar con otros ojos y adquirir mayor conciencia sobre nuestra vulnerabilidad.
En ese sentido, hace un llamado a la sociedad a repensar en el efecto boomerang de nuestras acciones y repensar nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza a partir de compromisos individuales y colectivos que se complementen con políticas públicas en ámbitos locales, regionales e intergubernamentales.